Joaquim Rico Soler, terrateniente de Penàguila, diseñó un jardín de estilo romántico en el año 1840, en su finca de Santos. Lo concibió a su imágen y semejanza de los majestuosos jardines de la Granja de San Ildefonso, entre otros jardines destacados.
Dos siglos atrás, la fortuna amasada por un indiano en ultramar iba a servir para crear un singular jarín en plena montaña de la provincia de Alicante. El Jardín de Santos es un retorno al pasado, un rincón para la abstracción rodeado de grandes árboles en plena naturaleza.
El pabellón de recreo es un edificio neoclásico en torno al cual se ubica el estanque, el bosque, el laberinto, la pajarera, las estatuas de Venus, el mirador y la gruta de estalactitas, elementos todos tomados del romanticismo.
El jardín goza de instalaciones que lo convierten en un destino atractivo y cómodo para sus visitantes: barbacoas, aseos, mesas y bancos propios de un área recreativa.
Entre el contenido botánico del Jardín de Santos destacan los tejos, pinos pinsapo, castaños y la colección de orquídeas.
Se ha conectado el jardín con senderos de pequeño recorrido y con la red de senderos de la Sierra de Aitana y Serrella. Además las choperas del cauce del rio Penáguila y su entorno ofrecen tranquilos paseos familiares.